Precalentar un horno a 150°C y preparar un molde forrado con papel mantequilla. Yo utilicé uno clásico rectangular de queque.
En una ollita incorporar la leche junto con la mantequilla y cocinar hasta derretir. Retirar del calor y reservar.
Separar las claras de las yemas.
Batir las claras incorporando el azúcar en pequeñas tandas hasta obtener un merengue firme. Reservar.
Batir las yemas e incorporar en forma de hilo la mantequilla derretida en la leche.
Cernir directamente la harina y batir hasta volver homogéneo y sin grumos.
Añadir el merengue en varias tandas, incorporando con movimientos envolventes hasta obtener una mezcla ligera.
Traspasar al molde preparado, distribuir y llevar sobre una budinera o recipiente para hornear a baño María.
Incorporar agua caliente hasta cubrir 1/3 del molde y hornear por poco más de 1 hora.
Sabrás que está listo cuando al insertar un palillo en el centro, salga completamente seco.
Retirar del agua y dejar enfriar dentro del horno con la puerta semi abierta
Finalmente desmoldar aún tibio y dejar enfriar por completo antes de consumir y listo